sábado, 13 de octubre de 2007

"Acopiando leñas" (Yaguarón Ediciones, 2002)

La expresión de Miguel Ángel Migliarini tiene todo lo necesario para justificar una presencia vigorosa en la poesía sannicoleña; sabe definir las instancias y moderar los impulsos suscitando una visión contundente de la lírica actual. ACOPIANDO LEÑAS alcanza un nivel poético de alta transparencia sostenido por versos de breve diseño que no impiden una ajustada conformación y un poder comunicativo natural e implícito: “A las raíces/ que me ligan a la tierra / he de volver / acopiando leñas... // “Resbalan emociones / por las venas / del mármol y mamadera. /// La piedra tallada/ sobrevive, -como yo-/ intuitivamente”.
Se advierte una marcada inclinación por una construcción de moderada frecuencia que le permite dejar libre las ideas, en sucesión controlada por un proceso enumerativo con acumulación de secuencias nominales simples o parejas de sustantivos y adjetivos que revelan una actitud de rico perfil semántico. Incide en sus versos todo lo que está a su alrededor, lo que no significa un vocabulario de connotación descriptiva, sino la captación de imágenes de fugaz aparición que no desvirtúa la contextura del poema: “Atropello,/ vuelo,/ siluetas,/ regreso,/ desgarro,/ vendaje,/ plazos desteñidos,/ iluminadas raíces,/ desde el abismo incitan...”
Nos encontramos frente a un modo de creación poética que intenta aunar el goce estético de espontánea vitalidad con la firme evidencia de lo individual, en modulaciones particulares como una cierta dosificación conceptual de lacónica intensidad que da cuenta de los márgenes que el poeta se impone: “El hombre,/ un ser social,/ un escritor/ plasmándose/ en el infinito,// Algunos se conforman/ con el temporal”.
Recorrer los versos de ACOPIANDO LEÑAS en sus dos partes: Profundidades y El linaje sustantivo, es percibir las visiones del autor, su concepción de la poesía, efusiva y sentida, como para inquietar al lector más pusilánime.
Parecería decirnos que el camino elegido está de acuerdo con las convicciones más íntimas, al asumir con valentía la decisión de hacer de la vida propia una búsqueda constante de la plenitud humana: “Estoy aquí,/ hace frío/ y el lodo/ llega hasta las rodillas.// Estoy lejos/ pero Dios/ -y los recuerdos-/ me mantienen. // El cuerpo y/ la muerte en otra parte,/ como orfandad/ de pájaro sin nido”.
Esta publicación de jerarquía, corresponde al sello Yaguarón Ediciones, cuenta con el auspicio de la Comisión Popular de Homenaje al Sesquicentenario del Acuerdo de San Nicolás 1852-2002, y posibilita un acercamiento al actual cosmos poético de autores nuestros.

Prof. Miguel Julio Perret,
“Escritores nicoleños contemporáneos”
(Aproximación a una exégesis/Tomo III)

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"Acopiando leñas" - Selección de poemas


INCITACION / 1

Tal vez,
voces de huéspedes
son el bullicio
de la memoria.

La brisa
del encantamiento,
es la puerta
de una fábula,
incitándome...


INCITACIÓN / 2

Atropello,
vuelo,
siluetas,
regreso,
desgarro,
vendaje,
plazos desteñidos,
iluminadas raíces,
desde el abismo
incitan...



RECETA

Junta y entreteje
hebra a hebra,
la liana
de mi sentir y
la pulsación
de mi cuerpo,
con la verdad
del agua y
la fecundidad
de la luz...
Rodéalo todo
de música y poesía,
y aunque yo me haya ido,
encontrarás
todo el aborozo...


RAÍCES

Hay árboles y paisajes
que en mis caminatas
me extasían.

El roble que planté de niño,
los pinares de mi primera escuela,
la magnolia y el banco
de un amor imposible.

Desde el oeste
la algarabía de los trenes.
desde el este
el ulular de los barcos.

Los árboles,
los rieles,
el río
y mis sueños
que por extraña conjura
se disgregan.

A las raíces
que me ligan a la tierra
he de volver,
acopiando leñas...

Poema II
La raíz del sueño:
paradoja de imágenes
que pocos se atreven a formular.
La barranca mostrando
sus siglos arqueológicos
yla voz del sol
hollando los caminos.

Poema V
Encantamiento
de aire,
fuego,
agua,
despertando a los dioses.
Como una danza misteriosa
se oye la sirena ondulante
de un barco.
Poema VI
Encontrarse
navegando con la lluvia.
¡Oh, espejimso del sediento!
La trama se rasga
y el tejido deja ser tal.
Poema XIV
El hombre,
un ser social,
un escritor
plasmándose
en el infinito.
Algunos se conforman
con el temporal.
Poema XV
Se oye al hombre repetir:
-¡No soy yo!
- ¡No soy yo!
-¡Soy lo que pienso!
Mientras trata,
de explicar lo inexplicable...
Poema XVI
Cóctel de conmociones,
irracionales muros.
La receta:
el alma
comulgando poesía
como antídoto.

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